amigos

miércoles, 30 de octubre de 2013

Mi más ternesca infancia II: lo Japo

Japón con sus ojicos brillantes y sus faldas cortas para las chicas ha formado parte de mi vida. Voy a destacar las que más me marcaron, pasándome un poco el orden cronológico por el forro, ya que no recuerdo cuál vi primero.

POKÉMON
LLegaré a ser el mej...¿Con qué collóns agarraba Zubat a Squirtle en el minuto 0:52? Trauma infantil.

Nunca fui capaz de decidir cuál era mi Pokémon favorito. Todas las niñas de mi clase decían que sus prefes eran mierdas como Jigglypuff, Clefairy, Togepi... mientras que mi chándal y yo queríamos uno cuqui pero que atacase bien. Qué se yo, un Charizard, un Blastoise, un Pikachu (pero no uno amariconado como el de Ash).
Mi primer juego de la Game Boy fue el Pokémon Amarillo, y me avergüenza reconocer que todavía no he logrado conseguir todas las medallas. No era capaz de ganar la puta medalla pantano, ese dolor permanece y se transforma a los 20 años en una obsesión por los ponys rosas. Me han dicho.
Mi madre terminó tan hasta el ojete de que le gritara al hamster "Bien, Pikachu, vuelve a tu pokéball" que en cuanto vio que se me estaba pasando un poco la moda Pokémon, bajó los juguetes al trastero.

 DIGIMON

   
"Y ahora todo o o o, está fuera de controoooool! Junto a los Digimoooon! Conseguiremos vencer al mal al finaAAAAAAAAL" TE MA ZO 

 Ni carta de Hogwarts ni ná, yo quería ser niña elegida, tener un chismito localizador de esos de color verde y poner cara de intensidad al gritar "¡Digihuevo evolucióooooon!". 
Resulta que existe Digimon 4, yo vi el 1 y el 2, el 3 me pilló en la transición de niña a mujercita sin pechos.
No quiero entrar en polémicas diciendo si es mejor o no que Pokémon, no me gusta provocar, pero los cacharritos que llevaban los de Digimon eran mejores que los de Ash. Además, en Digimon luchaban contra el mal y eso es muy bonito y heroico, mientras que Ash pues iba por el bosque y se terminaba peleando con alguno siempre, era un bullas.



YU GI OH
Esto porque está en español latino, pero el momento "Es hora del du-du-du-duelo" todavía me emociona.

Qué manía teníamos con cantar la sintonía. Yo cantaba hasta la percusión. Para que se entiendan mis niveles de fanatismo con esta serie, debo contar que antes de comprarme las cartas, las llegué a fabricar yo misma con un folio y plastidecores... Ninguno de mis amigos jugaba a Yu gi oh así que tenía que jugar con mi abuela, que llegó a entender cómo se jugaba no sin antes decirme repetidas veces que había hecho "chinchón".

Y hasta aquí mi momento nostálgico del día. Si te has quedado con ganas de más, no sufras, aquí va un vídeo con mi top 10 de series de la infancia (de dibujos, la de carne y hueso llegará...).
Por cierto, si te ha gustado, suscríbete, ¿No? Digo. No sé. Cómo tú veas. Sin presión alguna.