miércoles, 29 de julio de 2009
Alcampo cerrará sus puertas en 5 minutos
jueves, 23 de julio de 2009
Vaya puta mierda
miércoles, 22 de julio de 2009
Otro día si eso cuento qué tal el viaje
Y entonces, despegó el avión.
jueves, 9 de julio de 2009
Mi colon está que te cagas
Desde que está Philo en casa, mi madre se empeña en traer comida. Comida que no solemos comer. O comida que está en las estanterías pero que no sacamos porque nos da pereza (pero no está caducada, ojito).
Por ejemplo para el desayuno, habitualmente, mi madre no me pone el mantel o la taza cuando se despierta antes que yo. Eso si, me pela un kiwi (que dicho así suena peor que mal), porque viene muy bien para el tránsito intestinal (es como un Actimel pero con piel y pepitas). A mi no me gustaba el kiwi, pero ahora me resigno. Porque ella lo pela y lo pone en trocitos, me lo tengo que tomar porque si no hay que tirarlo y claro "no se puede tirar la comida blablabla". Eso si, mi colon está que te cagas. En todos los sentidos.
Ahora si, pone los manteles, tazas, cucharas...todo. Y además, galletas, magdalenas, palmeras de chocolate, cereales... en plan buffet.
Y todo ese despilfarre pa'ná, pues solo desayunamos cereales. Cuando ya los íbamos acabando, vi que en el interior de la bolsita de plástico semi-opaca que contenía los cereales había algo más. Ese algo más era esto:
Decidido, mañana voy a empeñarla. Me compraré cereales chococrispis y chicles de menta.
Y kiwis.
Os dejo con un vídeo en el que me he grabado jugando con el juego de los chococrispis del monete, para transmitiros mi felicidad. Creo que este vídeo debería dar la vuelta al mundo y que todos seamos felices y nos cebemos a cereales.
En fin, se me ha metido un cereal en la manga y todos sabemos lo incómodo que es eso, así que os dejo. No sé si actualizaré antes de irme, si no: deciros que os quiero y que me reguéis las plantas cada dos días. Y si si, pues ya nos leeremos.
Sed felices y haced felices a los demás (Hoy me he levantado muy mística yo).
sábado, 4 de julio de 2009
Me alegra saber que aun hay gente legal por el mundo
Eso sí, tengo que reconocer que no he tenido mucho tiempo para sentarme frente al ordenador a contar cosas. Ni de mirar el Tuenti, que eso para mí es sagrado. Por cierto, me he hecho un twitter...haced con él lo que queráis que no os haré mucho caso...aburre.
En fin, voy a estar ausente este mes y espero estar con ánimos a la vuelta para contar todo con detalles. Será bien gracioso, ya que mi intención al ir a Alemania era para aprender inglés pero me temo que volveré con acento mexicano güeeeey.
Volviendo a la tradición del verano pasado, ayer estuve en una acampada en casa de mi amiga Olaya.
Fue un día bastante completo, por la tarde quedamos para comprar refrescos para por la noche. Decido vestirme con un pantalón blanco que no abriga una mierda, ir con una camiseta de manga corta y con una rebequita por si refresca, porque seguro que entre que salgo de casa, cierro la puerta y tal, deja de llover. Porque sí, amigos, llovía y mucho.
Mis predicciones no se cumplen y comienza a llover más.
Cogemos todos juntos el autobús y luego nos vamos a tomar algo. Por el camino me empapo con todas las letras. No mojarse un poquito, no, estaba muy mojada (mierda, por poner lo de muy mojada seguro que llegan a mi blog viciosillos que quieren ver cosas que no les mostraré aquí).
Tomamos algo y a la salida decido hacer un reconocimiento de pertenencias (*), acción que repito varias veces al darme cuenta de que me faltaba el selular. Me acojoné, pero mucho. MUCHO. Volví al sitio en el que habíamos tomado algo...nada. Hice el camino desde el sitio hasta la parada del autobús...nada. Ahí ya me acojoné más. Deduje que se me habría quedado en el bus y que lo había perdido para siempre, ya que mi móvil es bonito y tiene muchos tonos de llamada guays que todo el mundo desearía.
Pensé en esperar el siguiente bus que viniese de vuelta, ya que podría ser ahí donde estaba mi selular. Mis amigos se fueron a comprar y me dirigí a la parada del bus. Allí le pregunté la hora a una señora, que ella entendió como que quería entablar conversación con ella.
(La conversación fue esta, aprox.)
- Te has puesto bonita...-señalando mis pantalones mojados- hoy llueve mucho.
- Ya...es que he perdido mi móvil.
- Vaya, qué mala suerte.
- Si, me lo dejé en el bus.
- Pues a ver si hay suerte y lo encuentras...
- Ojalá, llevo con ese número desde los 12 años, tengo media vida en él.
- Te entiendo....¿tú tomas drogas?
- No señora.
- Es que en el pueblo hay un chico que vende droga a la gente joven. Todo el mundo lo conoce y ha ido poco a la cárcel.
- Habrá tenido suerte, pero supongo que caerá pronto.
- Yo ya le dije que como se acercase a mí o a mi hijo le partía la cara. [Era una señora malota, una sEñoRaH]
- A mí nunca me quiso vender, pero bueno, hay que saber decir que no...
- Sí, de eso es lo que tengo miedo. Y de los robos también, que por aquí también hay robos, pocos pero hay. Y lo de las drogas depende de la compañía que tengas...por eso tengo miedo, por mi hijo, que las compañías influyen mucho.
- ¿Cuantos años tiene su hijo?
- 41.
¿Queréis un ejemplo de amor de madre? Eso es amor de madre.
En fin, después de despedirme de mi amiga la señoraH me reuní con mis amigos. Clara llamaba a mi móvil, por si había suerte. Después de varios intentos, un ENVIADO DEL SEÑOR PARA LLEVAR LA PAZ A LA TIERRA cogió el teléfono y le dijo que lo entregaría en la estación de autobuses.
Al final logré recuperarlo ante todo pronóstico. Me alegra saber que aun hay gente legal por el mundo.
Solo espero no volver a perder nada en mucho tiempo.
Y nada más... que tengo ideas para próximas actualizaciones y en cuanto vuelva, escribiré.
¡FELIZ VERANO!
(*) Consiste en que cada vez que me acuerdo, compruebo si llevo móvil, llaves, dinero, cartera...etc. Es una técnica muy útil cuando estás en sitios en los que puedes perder con facilidad las cosas.