
En una de las visitas guiadas por la zona vieja de Varsovia (para mí la parte más bonita de la ciudad), pasamos por unas callejuelas en las que nos encontramos esto:

Exacto, una ágil y privilegiada mente polaca (y posiblemente rubia) al ver el grifo decidió pintar lo que le faltaba. E hizo muy bien. Yo habría hecho lo mismo.
¿Qué se puede esperar de un país con el que puedes hacer este juego de palabras? (Tengo que reconocer que no se me ocurrió a mí, si no a Hugo, que tiene la mente más sucia que yo)

¡Estoy taaaaaaaaan contenta!