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sábado, 23 de julio de 2011

El cereal que encaja contigo

Desde hace una semana algunos sabréis que me ha dado por ser sana y desde entonces no hago más que ingerir comida de pajaritos. Decidí empezar comprando muesli de Leder Price para que, si resultaba intragable, la pérdida fuera más sentimental que económica. Venían los cereales con 5 frutas diferentes, entre las que yo detectaba plátano, manzana, cosa amarilla, cosa naranja que no es una naranja y coco. Nada sabía a lo que era. Llegué a la conclusión de que la fruta petrificada no me va y que la cosa amarilla y la cosa naranja que no es una naranja sabían a gominola.

Decidí arriesgar y, tras terminarme la caja de Leder Price, compré unos de Special K. Sabían a culo, no os voy a engañar. Supongo que ahí está el truco para adelgazar: te das cuenta de que sólo tienes eso para comer y optas por no comer e intentar chuparte el codo, por hacer algo.

Hoy volví de nuevo al supermercado y vi unos cereales que sólo tenían fresas petrificadas. Eran perfectos, estaban en oferta y la caja era blanca, que combina con todo.
También compré chicles de menta y un melón, sentía la necesidad de compartirlo con vosotros.

Llegué a casa pletórica. De esto que entras, te das con la puerta en tol codo y te da un calambre pero te da igual porque estás pletórica, ¿sabéis? supongo que no, porque no habéis encontrado nunca unos cereales como los míos.

Me los tomé de postre mezclados con yogur. No estaban mal, sabían a culo. Pero culo con fresas. Ahí asumí que nunca iba a encontrar unos cereales sin chocolate que llenaran todo este vacío que yo tengo (en el estómago).
Mientras masticaba una fresa petrificada me fijé en la caja, "Encuentra el cereal que encaja contigo" decía.

Le estuve dando vueltas al "reto" y llegué a la conclusión de que igual el fallo era ese, que no había buscado al cereal que encajaba conmigo.


Después me quedé dormida porque estaba reflexionando demasiado para ser un sábado de julio.
En cuanto me desperté, se me encendió la bombilla. Busqué y busqué hasta lograr mi objetivo. En efecto, había encontrado al cereal que encaja conmigo.