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martes, 14 de febrero de 2012

Feliz San Valentín

No me voy a poner a criticar un día tan señalado ya que, al no tener pareja, puede parecer que habla mi envidia. Pero no. Hablo yo. Dejaros de mierdas, hostia.

San Valentín mola cuando eres adolescente y te pasas el día 13 pegando macarrones en un cartón con forma de corazón. Ahí sí que mola. Siempre que el pegamento no sea loctite y no termines en urgencias porque tienes los dedos haciendo el OK y no te parece todo tan OK... o eso me han dicho.

Nunca he sido de decir "tkm" a todo el mundo. Yo quiero mucho a mucha gente, pero prefiero cualquier cosa antes que pintarme el nombre del chico que me gusta en el brazo con un compás. La gente está enferma.

Eso sí, me voy de guay, pero a mis 12 años tuve mi momento romántico de poner en el nick del messenger "Chicoqueeraminovioynosdábamosbesosenlafrente TKMMMMMMMMMM", a tope de M. Cuando descubrí la abreviatura "tQmXsM" (Te quiero muchísimo) pensaba que me iba a hacer pis encima de felicidad. Qué bien pensado, "mXsM"... Tenía el éxito asegurado.

Tampoco me gustan los peluches. Me dan cosa, cogen polvo (leed con atención la frase) y ocupan mucho espacio. Cuesta mucho disimular que no me gusta cuando me regalan uno. Los hay con mil formas y yo sólo aceptaría uno que tuviera forma de pony (color rosa).

¿Qué pretendo decir con todo esto? Que os gastéis el dinero de los regalos en cerveza. Y ya está.

Con todo el romanticismo de mi corazón, adjunto la foto que hice en el zoo, de un monete meando.



Mi amiga Patitiesa puede dar fe de la media hora de reloj que pasé riéndome.
¡FELIZ SAN VALENTÍN!